La experiencia nos dice que los profesores de español ejercen su labor docente oscilando entre dos movimientos fundamentales: el de la planificación y el de la improvisación. Ambas técnicas proporcionan ventajas e inconvenientes que conviene tener muy presentes en la gestión de la clase.
Cuando un intérprete de jazz improvisa, de cara al público la libertad de ejecución parece absoluta. Sin embargo, la personalidad de los solos que ejecutan los músicos se basa en un buen conocimiento de las estructuras armónicas subyacentes y en un excelente dominio técnico del instrumento. Es decir, para que un profesor improvise con ciertas garantías de éxito debe conocer en profundidad los diferentes modelos de planificación y tener un buen manejo de la clase. Aspectos que dominaras con nuestro certificado para ser profesor de español para extranjeros.
Otra comparación que nos puede ayudar para entender la importancia de la improvisación y eliminar prejuicios (como el de considerar que implica falta de profesionalidad) es la que relaciona el aula con el teatro. McNeece comentaba a propósito de los actores que jugaban a improvisar que improvisation is really just the conscious amplification of strategies people use every day to achieve objectives of varying importance. En el contexto de la clase de español, se trata de mantener las máximas opciones disponibles ante una determinada situación de aula y que sepamos seleccionar la más apropiada y llevarla a cabo para conseguir los objetivos propuestos.
El siguiente cuadro no pretende ser reduccionista ni unilateral sino una oportunidad de tomar conciencia de posibles ventajas y limitaciones que ambas técnicas pueden conllevar en la práctica, así como ciertas sugerencias para conjugarlas de manera positiva, es decir para planimprovisar.
Planificar | Improvisar | Planimprovisar |
El profesor suele tener el control de la clase | Los alumnos asumen el control | El profesor planea cómo los alumnos pueden asumir el control |
La clase presenta una estructura clara | La clase carece de estructura | El profesor y los alumnos buscan una estructura a lo que va ocurriendo en la clase |
Los alumnos tienen que aceptar lo planeado | El profesor acepta lo que proponen los alumnos | El plan del profesor ofrece diferentes itinerarios para que los alumnos decidan |
Está más centrado en los objetivos curriculares de aprendizaje | Se centra en las necesidades o intereses de los alumnos en cada momento | El profesor y los alumnos se preocupan de personalizar las propuestas de actividades de los manuales o de la programación |
Se reparten equitativamente los turnos de intervención | Se da libertad en el uso de la palabra | Se negocian previamente fórmulas con los alumnos para poder oír lo que todos tengan que decir |
No tiene en cuenta las emociones | Está muy centrado en las emociones | Se buscan estrategias para aprovechar el componente afectivo y la cohesión grupal |
Se imponen las dinámicas y agrupaciones | Las dinámicas surgen de manera natural | Se dejan fluir inicialmente las dinámicas que surjan y se enriquecen con las que proponga el profesor |
Se corrige siempre lo que toca en cada momento | Se corrige sin un plan concreto | El profesor y los alumnos dejan un cierto espacio para la corrección conjunta a medida que progresa la clase |
Los materiales los aporta el profesor | El principal recurso son los propios alumnos | Se parte de las producciones de los alumnos para potenciar con actividades su mejora |
Permite anticipar problemas y posibles soluciones | Hay que solucionar los problemas en el momento | El profesor pide ayuda a los alumnos para encontrar soluciones |
Todo se dirige a un fin. Los alumnos sienten que aprenden | No hay un fin claro. Algunos pueden pensar que han perdido el tiempo | Al final de cada clase, profesor y alumnos reflexionan sobre lo aprendido y lo que necesitan en nuevas clases |
Necesita un profesor con mucha técnica | Necesita un profesor con mucha creatividad | Hay que planificar de manera creativa |
Ilustremos el cuadro con algunos ejemplos que, probablemente, hemos llevado alguna vez a cabo.
1. El profesor planea cómo ceder mayor autonomía a sus alumnos.
En este caso puede proponerles que seleccionen la música de fondo para algunas actividades, que comiencen la clase con alguna actividad de calentamiento, que decidan cuánto tiempo dedicar a ciertas actividades, que controlen el audio y repitan aquellos fragmentos que deseen, que anoten en la pizarra el vocabulario que les parezca más relevante.
2. El profesor y los alumnos buscan la estructura de la clase.
Los alumnos construyen una pizarra final recogiendo todos los aspectos trabajados en clase (contenidos lingüísticos, interculturales y estratégicos) intentando destacar el objetivo principal sobre el que giran las distintas actividades.
3. El profesor diseña un plan con diferentes itinerarios.
El plan del profesor permite realizar mayor o menor número de actividades sobre determinados aspectos a través de tipologías diferentes (auditivas, visuales o cinestésicas).
4. El profesor y los alumnos personalizan las actividades de los manuales.
El profesor y los alumnos actualizan las fotos, buscan vídeos, tutoriales sobre los contenidos, y personalizan las actividades.
5. Se llega a acuerdos previos sobre los turnos de intervención.
El profesor negocia con los alumnos cómo se llevarán a cabo los turnos de intervención. De este modo, una posible solución es “un alumno que ya ha hablado debe preguntar a alguien que todavía no lo ha hecho”. Esto favorecerá la cohesión grupal.
6. Se dejan fluir las dinámicas pero enriqueciéndolas.
Si hay un momento en que los alumnos quieren hablar sobre un tema que ha surgido, el profesor aprovecha para comentar: “Hagamos una cosa. Cada uno va a pensar en tres ideas a favor y tres ideas en contra. Después las comentamos con un compañero y finalmente lo vemos en plenaria. ¿Os parece?”
7. La corrección fluye al compás de la clase y se usan los discursos a modo de borradores para mejorarlos.
El profesor acuerda con los alumnos que al terminar determinadas actividades puedan comentar qué les ha resultado más difícil de producir o comprender. Los compañeros pueden aportar ideas para hacerlo de manera más fluida y natural. Es decir, la corrección se centra sobre la precisión de lo que se quería comunicar y no solo sobre aspectos gramaticales.
8. Cuando sucede un imprevisto el profesor consulta al grupo.
Esto favorece que ellos se sientan implicados en las situaciones que ocurren en el aula. Por ejemplo, si un alumno muestra su desagrado con ciertas actividades, el profesor lo comenta con el grupo para que le den ideas para mejorar dicha actividad.
He aquí algunos ejemplos sobre cómo planimprovisar. Mi recomendación es empezar a probar con las planificaciones que ya hacemos y compartir la experiencia con otros compañeros y, sobre todo, con nuestros propios alumnos. Yo estoy convencido de que ellos son nuestro principal motor de desarrollo profesional.
Este artículo ha sido escrito por Antonio Orta, tutor en formacionele.com, la plataforma International House para la formacion de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: CLIC International House Cádiz.
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Qué buenos consejos, me ha encantado el post y seguro que voy a sacarle mucho partido en clase. Muchas gracias!
Completamente de acuerdo. La improvisación es difícil, pero hace que la clase sea más dinámica y los estudiantes lo agradecen. ¡Muchas gracias por los consejos!
¡¡¡Maravilloso!!! me encanta hay que tener cuidado con la improvisación para improvisar debes de conocer pero que muy bien la materia porque puedes llegar a sufrir un cortocircuito mental, hay un programa en la SER , de Buenafuente y Romero que es de improvisar y muchas veces se han pillado los dedos en la puerta, tratando de un tema que ellos conocen.