“La imagen es amable. Capta en un solo impacto. Inspira. Distingue. Posiciona. Ubica. Nos invita a explotar y a querer saber más”, dice el autor de Capitán Quimera. Y así es como me gustaría iniciar este artículo: resumir con una imagen qué aporta el drama process o teatro educativo al aprendizaje para así poder dedicar este espacio a mostrar un ejemplo de su aplicación en el aula.
¿Cómo usar el drama process en nuestras clases?
Hablar del teatro educativo o drama process no es hablar de innovación. El arte dramático como metodología lleva implementándose en el mundo anglosajón desde hace décadas. Mi interés en aplicarlo al aula de adultos en el aprendizaje de lenguas extranjeras es más reciente y casual: gracias al trabajo de una de mis alumnas en un curso de español.
Monique Lacombe, estudiante canadiense y exprofesora, presentó a la clase una breve exposición sobre el tema, no más de diez minutos, pero con la que nos cautivó… a mí y a sus compañeros. El grupo me propuso hacer algo para experimentarlo. Así es que leí y gesté la idea.
El drama process como modelo educativo es complejo y bastante más elaborado, pero podríamos hacer una simplificación de este diciendo que en el drama creativo no hay guion o texto que aprender, se trata de improvisar y de expresar y manifestar lo que se piensa, se siente y se imagina con total libertad.
Los personajes en este tipo de actuación se construyen a medida en que va transcurriendo la acción y se desarrollan los hechos, por lo que tiene que cumplir esas tres condiciones:
- Que haya una tarea que cumplir,
- Que haya que tomar decisiones y
- Que haya un lugar o una situación para explorar.
Un ejemplo de drama process en clase
Elegimos el tema del levantamiento del 2 de mayo en Madrid, ya que estábamos cercanos a esa fecha y en esa ciudad. Los alumnos tenían curiosidad por saber más sobre su historia, así es que pensamos que podríamos transformar el aula en el Madrid de 1808 durante unos días.
Este fue nuestro plan de trabajo:
- Tarea que cumplir: llegar a soluciones alternativas para evitar el enfrentamiento o minimizarlo.
- Lugar o situación que explorar: conocer el contexto histórico y poder entender la situación. Para ello, diseñamos las siguientes actividades [PDF].
- Toma de decisiones: en grupo clase, elaboramos una lluvia de ideas con el tema del conflicto, los intereses y argumentos de cada una de las posibles posturas.
De esta lluvia de ideas surgió el resto: los estudiantes de manera espontánea empezaron a analizar la situación y a expresarse. Hubo que parar la clase varias veces para reconducir y aportar nuevos argumentos. Llegar a la tarea final no fue fácil, ni siquiera sé si llegamos a conseguirlo, pero no nos importó. Habíamos estado tres días (doce horas de clase), leyendo, hablando e interactuando con un propósito común, motivador y significativo.
Mi intención es seguir experimentando e indagando. ¿Qué temas piensas que pueden tratarse con el teatro educativo?
Este artículo ha sido escrito por Sonia Eusebio Hermira, tutora en formacionele.com, la plataforma International House para la formación de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: Pixabay.
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