Se acerca una fecha que a muchos nos encanta: el 23 de abril, el Día del Libro. Es un día especial, que nos recuerda a grandes autores como Cervantes y Shakespeare, y una excusa perfecta para llevar el interés por la lectura a nuestras clases de español.
Celebrar el Día del Libro no es solo poner una nota cultural en el calendario. Es una oportunidad fantástica para que nuestros estudiantes le cojan el gusto a leer en español, descubran autores y culturas del mundo hispano, mejoren su comprensión y vocabulario, y usen el idioma de una forma más creativa.
A veces, con el día a día, nos falta tiempo para preparar algo especial, o simplemente necesitamos ideas frescas. Por eso, hemos reunido aquí cinco actividades que funcionan bien en clase de ELE, pensadas para distintos niveles y fáciles de adaptar. Esperamos que te sirvan de inspiración.
Un amigo invisible muy literario
Esta idea adapta el conocido juego del “amigo invisible” al mundo de los libros. Es estupenda para que los aprendices compartan gustos lectores, practiquen cómo recomendar algo por escrito o de palabra, y de paso, hagan un poco de piña en clase.
La mecánica es sencilla: unas semanas antes del 23 de abril, organiza un sorteo para que cada participante sepa a quién le toca hacerle un regalo “literario”. El regalo en sí puede variar según lo que te encaje mejor: puede ser comprar un libro (fijando un tope de gasto si quieres), idealmente en español y adecuado al nivel. También funciona genial si no se pueden comprar libros: los alumnos pueden preparar una recomendación personalizada, con una reseña, un dibujo, o explicando por qué creen que a su compañero/a le gustará. Incluso pueden intercambiar libros suyos que ya hayan leído y quieran compartir, con una nota explicando por qué lo recomiendan.
El día de la celebración se hace la entrega. Es ideal si cada uno puede decir unas palabras sobre por qué eligió ese libro o esa recomendación para su amigo invisible. Si trabajas con principiantes, puedes enfocarlo a lecturas graduadas, cómics sencillos o incluso libros ilustrados. Y si das clase online, las recomendaciones pueden ser de ebooks, audiolibros o páginas web con textos interesantes.
Marcapáginas con toque español para el día del libro
Una actividad manual siempre viene bien, y si además tiene que ver con libros, ¡mejor! Crear marcapáginas personalizados es una forma creativa de acercarse a la lectura y, de paso, repasar vocabulario o recordar alguna frase curiosa en español.
Necesitarás materiales básicos: cartulinas, tijeras, pegamento, rotuladores, lápices de colores… lo habitual para manualidades. Puedes empezar mostrando ejemplos para inspirarles y haciendo una lluvia de ideas de imágenes o iconos relacionados con la lectura (gafas, tazas, personajes…). La idea es que incluyan algo en español: su nombre con una frase tipo “Leer me gusta”, palabras útiles como libro, página, autor, leer, biblioteca, o una cita corta de algún autor hispano que les guste (puedes darles una lista o ayudarles a buscar).
Dales tiempo para que diseñen, recorten y decoren. Al final, pueden enseñar su marcapáginas al resto y contar qué han puesto y por qué. Es una actividad muy flexible; puedes usar plantillas si lo ves necesario o hasta hacer un mini-concurso al más original.
Dando voz a las historias: lecturas y microrrelatos
Aquí combinamos dos prácticas muy útiles: leer en voz alta con expresividad y escribir de forma creativa y concisa. De esta manera buscamos mejorar la pronunciación y la entonación, y también desarrollar la imaginación y la capacidad de escribir historias cortas.
Para la parte de lectura dramatizada, elige fragmentos cortos de textos en español: diálogos, descripciones potentes, inicios de cuentos, poemas con ritmo… Asegúrate de que el nivel sea el adecuado. En grupos pequeños, los alumnos ensayan cómo leerlo con emoción y la entonación correcta. Luego, cada grupo pone en escena su lectura para los demás.
Para la parte de escritura, explica qué es un microrrelato (una historia súper corta). Dales un punto de partida: una imagen, una frase para empezar (“Al abrir la puerta de la librería…”), o 3-4 palabras que tengan que usar sí o sí (ej: mapa, noche, secreto). Dales un tiempo para escribir y luego leedlos en voz alta en círculo. Para niveles más bajos, puedes usar textos muy sencillos o crear historias entre todos; para niveles más altos, puedes pedirles que intenten imitar un estilo o que inventen otro final para un cuento conocido.
Descubriendo autores en español
El Día del Libro es perfecto para que los estudiantes vean cuántos escritores interesantes hay en el mundo hispanohablante. Esta actividad les ayuda a conocer mejor esa diversidad cultural, a practicar cómo buscar información y resumirla, y a presentarla de forma oral o escrita.
Puedes asignar a cada estudiante o pareja un autor o autora (García Márquez, Allende, Lorca, Santa Teresa, Borges, Garró… la lista es enorme). Dales una guía sencilla sobre qué buscar: quién era, de dónde, qué escribió (un resumen muy corto de una obra), algo curioso y una frase suya en español. Recuérdales buscar en sitios fiables.
Con la información, pueden preparar un producto para compartir: un póster (en cartulina o digital), una mini-presentación oral, o una ficha para el resto de la clase. Dedica un tiempo a que todos presenten lo que han descubierto. Puedes montar una pequeña “exposición de autores” en clase. Adapta la complejidad de la investigación y lo que pides según el nivel de tus alumnos. Por supuesto todo esto también se puede llevar a cabo con opciones en línea como Padlet.
Una charla para el día del libro: café literario
¿Qué tal crear un ambiente relajado para hablar de libros? Un café literario o una tertulia es ideal para que los alumnos practiquen la conversación en español, compartan lo que les gusta leer y den su opinión.
Intenta crear un ambiente cómodo, quizá poniendo las sillas en círculo. Si puedes, algo de música tranquila o incluso unas galletas ayudan a crear atmósfera. Prepara algunas preguntas para animar la charla (tú haces de moderador): ¿Qué libro te ha enganchado últimamente? ¿Por qué lo recomiendas? ¿Prefieres leer en papel o en pantalla? ¿Qué personaje te parece más interesante? ¿Te gustó más el libro o la peli?
Anima a que se pregunten entre ellos y a que expresen sus opiniones de forma respetuosa (“Estoy de acuerdo con…”, “Pues yo creo que…”, “Me ha parecido interesante lo que has dicho de…”). Para los que tienen menos nivel, simplifica las preguntas y pon en la pizarra frases útiles o vocabulario clave para participar.
Estas son solo ideas, claro. Lo importante es que encuentres la forma de celebrar el Día del Libro que mejor encaje con tus alumnos y con tu forma de enseñar. Lo fundamental es contagiarles un poco de la pasión por leer y descubrir historias en español.
Cualquier detalle cuenta: leer un poema, hablar de tu libro favorito… pequeños gestos que pueden despertar la curiosidad de tus estudiantes. ¡Anímate a llevar el espíritu del 23 de abril a tu aula!
¿Tienes otras ideas o has probado alguna actividad que te haya funcionado genial? Compártela en los comentarios. ¡Y feliz Día del Libro!

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Este artículo ha sido escrito por Alba Pérez, traductora, profesora de español en International House y colaboradora de los cursos para profesores de español como lengua extranjera en Formación ELE.
