Cuando uno empieza a pensar en hacerse profesor, probablemente tiene en mente su experiencia como alumno y esto es algo que no se puede evitar.
Muchos contáis con buenos ejemplos, otros hemos vivido experiencias aburridas y monótonas dentro del aula. Pero, al fin y al cabo, es la única referencia que tenemos. Quién no ha oído decir a algún amigo : “Estuve diez años estudiando inglés, pero cuando fui a Inglaterra no entendía nada”.
Lo bueno es que siempre tenemos alguna anécdota para contar: “Pues yo, cuando vivía en Londres, un día fui a casa de los padres de mi novio y me pusieron una taza de café y un trozo de tarta. Después de un rato me ofrecieron otro trozo. Yo, tan educada, dije que no, esperando que insistieran. ¿Que qué pasó? Pues que me quedé sin tarta”.
Entonces, nos preguntamos, ¿por qué después de tantas horas de inglés nos pasan estas cosas? Respuesta: porque solo aprendíamos gramática. Descubrimos que la lengua no es solo gramática, sino que existen otras competencias: sociolingüística, pragmática… ¡madre mía!
Ya sé, voy a leerme bien el capítulo quinto del Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas. “Claro, ahora lo veo”, pensamos, “por eso pasan esas situaciones, a veces, ridículas”. “Sí, ahora lo tengo claro: para que un estudiante sea eficaz desde el punto de vista comunicativo tiene que dominar todas las competencias. Ya está, ahora, a ver cómo las trabajo en clase”. “Ay, en el libro he encontrado un cuestionario para descubrir si sabemos desenvolvernos en diferentes situaciones sociales !qué bien! Así trabajamos la competencia sociolingüística”.
Pero, ¿y de qué más habla el capítulo quinto del Marco? Pues, para el que lo lee por primera vez, es todo un descubrimiento. Cito una frase:
Todas las competencias humanas contribuyen de una forma u otra a la capacidad comunicativa del usuario y se pueden considerar como aspectos de la competencia comunicativa.
Esto nos proporciona una visión más holística sobre aprendizaje de lenguas, ampliando el abanico de competencias que deben adquirir los alumnos aprendientes de nuevas lenguas.
De repente, nos damos cuenta de que nuestra responsabilidad es doble: por una parte, enseñar una lengua nueva (las competencias comunicativas) y por otra, tener en cuenta que delante tenemos a personas muy diferentes que vienen de mundos muy diferentes, con una personalidad diferente, diferentes maneras de aprender y experiencias muy diferentes (las competencias generales) ¡Todo un reto!
- Conocimiento declarativo (saber): conocimiento del mundo, conocimiento sociocultural y conciencia intercultural.
- Destrezas y habilidades (saber-faire): destrezas y habilidades prácticas y destrezas y habilidades interculturales.
- Competencia existencial (saber ser).
- Capacidad de aprender (saber aprender): reflexión sobre el sistema de la lengua y la comunicación, reflexión sobre el sistema fonético y las destrezas correspondientes, destrezas de estudio y destrezas heurísticas (de descubrimiento y análisis).
Dependiendo del entorno de enseñanza, habrá que tener en cuenta algunas de las competencias (generales o comunicativas) más que otras. Por ejemplo: en una clase con estudiantes suecos, en una clase con personas de diferentes edades, etc. ¿Cuáles de estas competencias generales se pueden aplicar a un grupo y cuáles son individuales?
Os invito a contar vuestra experiencia y a compartir vuestras ideas.
Este artículo ha sido escrito por Geni Alonso, tutora en formacionele.com, la plataforma International House para la formacion de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: Ryan McGuire.
¡Qué buen artículo! Muy coherente y muy práctico, creo que me lo llevaré para mis alumnos de posgrado, a ver qué les parece y para que tengan en cuenta todos estos aspectos de mencionas.
¡Gracias!
Me gustaría que me dieran ejemplos de los objetivos pragmáticos y la diferencia con los sociolingüísticos presentes en el Marco, a la hora de enseñar el español.
María, muchos de los manuales que usamos en nuestras clases contienen actividades para trabajar temas relacionados con la competencia sociolingüística. Son actividades que hacen reflexionar a los estudiantes, por ejemplo, sobre el uso del “tú” y el “usted”, sobre “cómo nos saludamos o nos despedimos”, etc.
En cuanto a la competencia pragmática, tenemos que tenerla en cuenta en todo momento. El hecho de adoptar en nuestras clases un enfoque comunicativo, implica que NO podemos olvidarnos en ningún momento de la pragmática. Por lo tanto, hay que tenerla en cuenta desde el primer día de clase.
Un ejemplo para reflexionar sobre la lengua desde una perspectiva pragmática sería, por ejemplo, una actividad en la que se reflexiona sobre posibles situaciones en las que el alumno tiene que decidir cuál sería el comportamiento o respuesta pragmáticamente adecuada para cada caso. Por ejemplo, una de las preguntas es:
5. Estás de visita en casa de los padres de un amigo español y te ofrecen quedarte a cenar.
a) Dices “sí, gracias”
b) Dices “no, gracias”, pero, si insiten, aceptas la invitación.
c) Dices “no, gracias” y das una excusa.
Bueno, ante de lanzarme a darte más ejemplos y, dado que este puede ser un espacio para compartir, invito a otros de tus compañeros a que participen y nos cuenten cómo tratan ellos la competencia pragmática en sus clases.
Estaré por aquí, leyendo vuestras aportaciones…
Gracias Geni , este artículo sintetiza las ideas de las competencias del lenguaje, ahora es más claro todo.