El Instituto Cervantes define la gestión del aula como una subcompetencia incluida en la primera de las ocho competencias clave del profesorado de idiomas: organizar situaciones de aprendizaje.
Si nos ceñimos a su propia descripción podemos obtener algunas de las claves para mejorar nuestra propia actuación didáctica. En algunos casos, el propio Instituto Cervantes cita ejemplos para la consecución de los objetivos marcados.
En nuestro curso de ELE semipresencial indicamos que el principal papel del profesor en el aula es crear las condiciones óptimas para que se produzca el aprendizaje. La gestión de la clase, por tanto, puede ser una de las claves del éxito en la enseñanza.
Un buen ejercicio de reflexión como profesores sería completar esta observación añadiendo medidas de acción concretas adaptadas a nuestro contexto particular de aprendizaje y enseñanza. Te proponemos algunas preguntas para ayudarte a reflexionar sobre tu propia gestión del aula.
- El profesor gestiona los procesos grupales para garantizar que la interacción que tiene lugar en el aula genera aprendizaje para todo el alumnado. ¿Se te ocurre algún ejemplo para conseguirlo?
- El profesor dinamiza el grupo, seleccionando el tipo de agrupamiento más adecuado para cada actividad, asignando roles a los alumnos cuando convenga, gestionando el tiempo y haciendo un uso y control adecuado del tiempo de habla del profesor y de los alumnos. ¿Repartes adecuadamente los tiempos de habla de tus alumnos y el tuyo propio?
- El profesor fomenta un espacio seguro en el que todos participan y trabajan en colaboración; usa y fomenta un discurso que permite la construcción de conocimiento entre todos a través de la interacción y haciendo uso de procedimientos discursivos. Por ejemplo, devuelve la pregunta de un alumno a todo el grupo, le pide a un alumno que explique su respuesta o hace preguntas para que el alumno dirija su atención a aspectos concretos. ¿Funcionarían estas medidas con tu grupo?
- El profesor tiene en cuenta que el grupo atraviesa a lo largo de la sesión por momentos de mayor o menor cansancio o tensión y actúa en consecuencia al seleccionar actividades de mayor o menor esfuerzo cognitivo. Por ejemplo, ante la tensión, se sirve del humor para distender el ambiente o propone cambiar de actividad al percibir que el alumnado está cansado. ¿Haces tú algo diferente?
- El profesor observa a los alumnos en el desarrollo de las actividades, está pendiente de las necesidades que puedan surgir y, si lo ve necesario, modifica su plan de clase para atenderlas. ¿Qué puedes hacer para personalizar aún más tu atención hacia tus estudiantes?
- El profesor está atento a las oportunidades de aprendizaje que surgen en el aula, por ejemplo, en forma de preguntas o sugerencias de un alumno, y decide cuándo atenderlas (en esa misma sesión o en otra sesión posterior). ¿Qué haces cuando un alumno te pregunta algo que no “toca” en la lección?
Nos encantaría conocer tu opinión a algunas de estas cuestiones. Ya sabes que para mejorar nuestra gestión del aula debemos empezar por conocernos mejor como profesores.
Este artículo ha sido escrito por Antonio Orta, tutor en formacionele.com, la plataforma International House para la formacion de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: Clic International House.
En cuanto a la gestión de los procesos grupales para garantizar la interacción en el aula, creo que es bueno organizar juegos de roles, obras de teatro, exposiciones de modo que cada uno de los integrantes del grupo debe participar. Creo que una buena estrategia es el aprendizaje basado en problemas mediado por el aprendizaje cooperativo.
En cuanto a la gestión del tiempo de habla para los alumnos así como para el profesor, igualmente siempre trato de que el alumno esté en el centro del aprendizaje por lo tanto son ellos los que deben tener mayor tiempo y más interacción, uno solo es un guía que diseña las tareas comunicativas para que ellos las ejecuten.
En cuanto a la tercera pregunta relacionada con preguntas que pueden ser retroalimentadas por el grupo, creo que es algo muy similar a la mesa redonda, en donde hay espacio para el debate y la deliberación, es una estrategia que funciona muy bien, ya que los estudiantes sienten la necesidad de expresar lo que piensan y eso hace que todos quieran interactuar, más aún cuando se trata de temas de interés general.
En cuanto a las estrategias que utiliza el docente cuando es evidente el cansancio de los estudiantes, yo sí utilizo pausas activas, se realiza una dinámica para que ellos se levanten, se muevan y logren tomar otro impulso para finalizar las tareas.
Por otra parte para personalizar la atención del estudiante, creo que es muy importante llevar un diario o un espacio en la agenda por cada estudiante, para ir apuntando el seguimiento que se hace al estudiante, y así mirar su progreso y sus debilidades para poder ir desarrollando tareas que ayuden a fortalecer sus habilidades.
Finalmente cuando el alumno pregunta algo que no toca en la lección, hago un paréntesis y les explico el tema, pero sin que tampoco eso me quite el tiempo para desviarme de la clase.
En el primer caso se me ocurre un ejemplo para el primer caso: si estamos aprendiendo algo que tenga secuencia como por ej. Números, abecedario, días de la semana, meses del año,… Podríamos comenzar nosotros ya secuencia y luego que cada alumno de un ejemplo.
Intento hacerlo, generalmente agrupo a alumnos con diferente nivel lingüístico, diferentes habilidades: intro/extrovertidos, los de mejor gramática, con los que no la tienen tanto, etc. Trato de usar un cronómetro y preparar mi clase adecuadamente.
Yo suelo poner música súper comercial como “El Waka o Bailando”, los levanto y sacudió a todos e invento un hilo conector para llegar al tema.