Una lengua solo se consigue aprender cuando somos capaces de usarla. Esto lo sabemos bien los profesores, y por esta razón, durante años, nos hemos esforzado por llevar al aula actividades que nos permitan ofrecer a los alumnos situaciones de comunicación oral:
- Tests y cuestionarios
- Jig-saws o rompecabezas
- Personalizaciones
- Debates
- Concursos
- Diálogos, simulaciones, dramatizaciones
- Anécdotas y experiencias
- Conversaciones guiadas
- Conversaciones espontáneas
- Listas de prioridades
Pero sabemos que la comunicación oral que se lleva a cabo a través de la interacción es un proceso más complejo en el que intervienen otros procesos y tareas que hemos de tener en cuenta . Las actividades de interacción oral deberán permitir a los alumnos utilizar los contenidos aprendidos de manera que reproduzcamos en el aula situaciones que puedan aplicarse a la vida real.
Interacción oral
Si las tareas que han de resolver los alumnos les mueven a intercambiar información, compartir opiniones, llegar a acuerdos y negociaciones o a resolver problemas, estaremos provocando interacciones genuinas y habremos conseguido una fiel reproducción del uso de la lengua en contextos reales.
Ahora bien, el aula es un contexto social donde el profesor y los alumnos interactúan, por lo que debemos saber aprovecharnos de las características que esta nos proporciona. Los profesores debemos tener la maestría para transformar una actividad espontánea de interacción en una tarea didáctica. Es importante, por lo tanto, saber conducirla y gestionarla.
¿Qué podemos hacer para convertir una interacción genuina en una tarea de aprendizaje?
- Considerar si necesitamos intervenir para involucrar a todos los estudiantes, mediante una pregunta directa o la organización de la actividad en grupos más pequeños.
- Ir tomando nota de las necesidades lingüísticas y discursivas que vamos observando para al final hacer una recapitulación, con la ayuda de los alumnos, y hacerles conscientes de ellas. Incluso reproducir a posteriori momentos de la interacción en los que hubiera sido necesario el uso de esas tácticas.
- Ayudar y guiar a lo largo de la tarea, con cuidado de no cortar la fluidez de la actividad, hacia el uso de las tácticas discursivas que se podrían usar o que se deberían estar utilizando. Para esto es de gran ayuda si tenemos proyecciones preparadas, de fácil acceso, o carteles colgados en la clase con las pautas discursivas o sugerencias para la interacción, de la misma manera que en la clase de A1 disponemos en la mayoría de las aulas de las frases típicas de interacción: ¿Cómo se dice? ¿Qué significa? ¿Puedes hablar más alto? ¿Puedes repetir?
- Podemos aprovechar el tema que ha suscitado el interés para una vez terminada esa interacción espontánea, desarrollarlo más profundamente utilizando técnicas didácticas, agrupamientos y actividades que contemplen tres fases de explotación de una actividad.
¿Se te ocurre algo más para mejorar la interacción oral en el aula de español?
Este artículo ha sido escrito por Sonia Eusebio Hermira, tutora en formacionele.com, la plataforma International House para la formacion de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: CLIC International House Sevilla.
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1 comentario en «¿Por qué es importante que los estudiantes hablen en clase de español? (I)»