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El vídeo instruccional: una poderosa herramienta para el aula de ELE

Estanos viviendo un momento en el que los docentes necesitamos recurrir a herramientas digitales para facilitar nuestra actividad. Entre esas herramientas está cobrando especial relevancia el vídeo instruccional, una modalidad que ya vivía una época dorada, pero que se ha convertido en un imprescindible en las actuales circunstancias.

Pero ¿a qué llamamos vídeo instruccional? Podríamos definirlo como toda aquella grabación realizada con un fin didáctico o que está destinada para enseñar, entendiendo esta en un sentido muy amplio y en todas sus acepciones. Así, tenemos vídeos donde se nos muestra cómo es un producto recientemente adquirido, otros donde nos enseñan a elaborar determinado plato y otros tantos donde se intenta clarificar determinado periodo histórico; prácticamente cualquier concepto es susceptible de ser aclarado y desmenuzado en este formato audiovisual.

Podemos clasificar los vídeos instruccionales en dos grandes grupos:

  • Los de ¿cómo hacer? Su contenido es procedimental y suelen estar centrados en la realización de tareas, pueden ser microtareas o proyectos más complejos en los que se necesita una secuencia paso a paso.
  • Los de ¿por qué? Están basados en el conocimiento y pretenden explicar o facilitar información sobre un tema, van desde definiciones de vocablos hasta complejas teorías filosóficas.

Según estadísticas de Youtube, más del 50% de sus usuarios utilizan la plataforma para aprender a hacer algo y las búsquedas de este tipo de vídeos se incrementan un 70% cada año. Si tenemos en cuenta sus más de 2.000 millones de usuarios, no cabe duda de que se trata de un cambio relevante en la forma de aprender. Este enorme potencial como herramienta didáctica no ha pasado desapercibido para sus desarrolladores que han creado el canal  Youtube Learning, destinado a ofrecer un contenido educativo de calidad.

Las razones del éxito de este formato radican en la necesidad social de información inmediata, práctica y muchas veces lo más simplificada posible y también en la creciente apuesta por la flexibilidad y la autonomía propiciada desde muchas instituciones docentes. Es evidente que se trata de productos que deberían tener cierta presencia en nuestras clases, no solamente en las fases iniciales como generadores de input, también son herramientas que deberíamos tener en cuenta desde el punto de vista productivo.

Para su aprovechamiento en la fase de análisis debemos atender a la diferenciación entre procedimentales y conceptuales. Los de tipo procedimental aprovechan diferentes formas de instrucción, los más elaborados incluso incluyen elementos interactivos.

Al margen del análisis del contenido lingüístico podemos explotar los vídeos de carácter procedimental con diferentes actividades:

  • Anticipar el producto que se obtiene.
  • Observar el final y anticipar los pasos que se detallan para lograrlo.
  • Deducir los instrumentos que se necesitan para la elaboración.
  • Ordenar la secuencia tras el visionado.
  • Sintetizar o parafrasear las indicaciones.
  • Seleccionar o debatir sobre los pasos más importantes.
  • Crear subtítulos o grabar un nuevo audio que acompañe a las imágenes.

Los de contenido conceptual pueden explotarse con actividades más centradas en lo global, por lo que es recomendable tener en cuenta su duración a la hora de seleccionarlos.

Las posibilidades de explotación en el aula de los vídeos conceptuales son también numerosas:

  • Realizar un cuestionario creado por los propios estudiantes.
  • Corregir un texto con información errónea.
  • Anticipar consecuencias o implicaciones de lo que se plantea.
  • Adivinar información que se ha ocultado previamente.
  • Investigar sobre la cuestión en el momento actual o en el pasado.
  • Crear una línea temporal o esquema con la información facilitada.
  • Usarlo como modelo para presentaciones posteriores.

Sin embargo, el vídeo instruccional (sobre todo el de tipo procedimental) también ofrece múltiples posibilidades en las fases de transferencia ya que puede ser una excelente tarea colaborativa global que tiene en cuenta la faceta prosumidora de nuestros estudiantes. Respeta y amplía las características de una tarea óptima facilitadas por Ellis (Ellis, R. Task-based Language Learning and Teaching. Oxford University Press 2003), se trata de un producto integrador, no solo en cuanto a habilidades sino también en estilos de aprendizaje; es realista ya que persigue facilitar o ayudar en necesidades de tipo práctico; hay colaboración intrínseca en todos los procesos; finalmente, despierta la creatividad propia de los medios audiovisuales.

Para su planteamiento en el aula os facilitamos el siguiente esquema de trabajo:

Negociación y planteamientos iniciales

En esta primera fase es importante detectar una necesidad y buscar el público objetivo al que irá dirigido. Así, un vídeo que enseñe a desenvolverse a los estudiantes el primer día en la escuela tendría como espectadores a futuros estudiantes y una guía sobre la inscripción en el gimnasio podría estar destinada a la propia clase. El formato debe ser significativo: siempre deberíamos tener en cuenta su adecuación al público meta y la comodidad del grupo en su realización. Es lógico que sean productos más cuidados si se van a exportar fuera del aula, y también que haya ciertas reticencias a aparecer en ellos si van a tener cierta difusión.

Análisis de modelos

Una vez decididos objetivos y el público de destino, tendríamos una fase de análisis y comparación de modelos. Debemos hacer una buena selección y buscar ejemplos no solo adecuados respecto al nivel de comprensión, sino que también ilustren y generen ideas exportables a su producto.

Esquematización

Es el momento de crear el guion, es cierto que la revisión y corrección de los aspectos lingüísticos es fundamental pero siempre hay que buscar un equilibrio con la naturalidad. En esta fase también podemos trabajar el aspecto visual con unas viñetas o incluso creando el storyboard.

Filmación y montaje

Las herramientas utilizadas deberían ser familiares y de fácil acceso, actualmente disponemos de infinidad de editores que facilitan la edición y la transforman en una tarea que se realiza de forma casi intuitiva. Es en este momento cuando suelen aparecer las mayores transformaciones y cambios respecto a los planteamientos iniciales.

Visionado, evaluación y difusión

Tras el visionado por parte del grupo, conviene una coevaluación y una posible revisión de los aspectos más deficientes. Tendremos en cuenta no solo aspectos lingüísticos: la creatividad, la corrección técnica y la cooperación son aspectos fundamentales para observar. Por último, decidiremos la difusión más efectiva para ayudar al grupo meta seleccionado.

Muestras

Aquí os dejamos dos ejemplos de tareas realizadas por estudiantes de International House:

El primer día. Pequeña guía donde las estudiantes intentan ayudar a futuros estudiantes en el transcurso de su primer día en la escuela.

El agua es vida. Recomendaciones para un consumo responsable de agua en el centro.

¿Cómo lleváis vosotros este tipo de tareas con vídeo a vuestras aulas?


Juan de Dios López RaelEste artículo ha sido escrito por Juan de Dios López Rael, formador de profesores de español del centro Clic International House Sevilla y tutor en formacionele.com, la plataforma International House para la formación de profesores de español. Créditos de la imagen: Unsplash.

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