Cuando empecé a formar a profesores de español, también empecé a ser consciente de muchos aspectos que hasta entonces no me había planteado, por ejemplo lo que pueden llegar a repercutir en el proceso de enseñanza y aprendizaje las creencias que llevamos al aula profesores y alumnos.
Tanto los profesores en formación que no tienen experiencia, como los que sí que la tienen, muestran cierto rechazo a algunos conceptos que se ven en la teoría. No acaban de aceptarlos, porque difieren de lo que ellos vivieron como estudiantes de otras lenguas. Solo una vez que los ven puestos en práctica empiezan a asimilarlos y a ser un poco más receptivos con la nueva metodología.
Algunos ejemplos de lo que se cuestiona son:
- si es posible usar la lengua meta de sus estudiantes como lengua vehicular en las clases, incluso a la hora de dar las instrucciones,
- si el alumno es capaz de llegar a sus propias conclusiones de cómo funciona su lengua meta,
- el por qué no es necesario leer en voz alta los textos de las comprensiones lectoras,
- si es el alumno el que puede elegir el vocabulario que quiere aprender.
Carmen Ramos (2005), define las creencias como ideas relativamente estables que tiene un individuo sobre un tema determinado, forjadas a través de su experiencia personal bajo la influencia de un proceso de construcción social, agrupadas en redes o sistemas, de cuya veracidad está convencido y que actúan como un filtro a través del cual percibe e interpreta el mundo que lo rodea, tomando sus decisiones de acuerdo con ello.
Todos los profesores tenemos nuestras propias creencias que determinan nuestra forma de dar clase. Las creencias que los profesores llevamos al aula sobre la enseñanza nacen del contexto en el que hemos aprendido, en el caso que nos ocupa, una lengua extranjera, de nuestra formación, de experiencias personales, etc. En definitiva, forman parte de nuestras competencias generales.
En la mayoría de los casos, este contexto se caracteriza por utilizar una metodología tradicional, a base de listados de vocabulario y normas de estructuras con un sinfín de excepciones en la que el profesor explica el funcionamiento de la lengua, seguramente sin tener en cuenta su componente pragmático, en la lengua materna de los estudiantes. De ahí que los profesores en formación tomen su propia experiencia como alumnos, como modelo de enseñanza, y actúan en consecuencia.
En tanto que las creencias son inherentes a todo proceso de enseñanza y actuación en el aula, el camino para seguir avanzando y mejorar en nuestra profesión puede ser:
- Reflexionar sobre nuestra labor docente.
- Buscar la forma de identificar nuestras creencias, a través de la lectura, la formación, compartir experiencias con compañeros, etc.
- Cuestionar nuestra forma de proceder en cada paso de nuestra planificación, preguntarnos por ejemplo, ¿se puede trabajar la pronunciación a la vez que se comprende un texto?, ¿realmente se pueden cubrir estos dos objetivos a la vez?, ¿son todos nuestros estudiantes capaces de comprender un texto leído en voz alta al mismo ritmo?, ¿o sería más eficaz para el aprendizaje de nuestros estudiantes trabajar primero la comprensión del texto proponiendo una tarea a realizar, cada uno a su ritmo de lectura, y después, con otra actividad, la pronunciación?
- Estar abiertos al cambio. Para ello es esencial ser permeable a nuevas formas de hacer. Difícilmente podemos mejorar si no experimentamos vivencias diferentes a las que estamos acostumbrados.
El éxito o logro en el aprendizaje es un factor determinante que contribuye a modelar las creencias de un aprendiz a lo largo del tiempo sobre lo que es, o no, eficaz a la hora de aprender una lengua (Carmen Ramos).
Por último os dejo un enlace de interés de este mismo blog sobre las creencias en el análisis gramatical de nuestra compañera María Cabot.
Bibliografía:
RAMOS MÉNDEZ, M.C. (2005): Ideaciones de estudiantes universitarios alemanes sobre su proceso de aprendizaje del español como lengua extranjera ante una enseñanza mediante tareas, Tesis doctoral, Barcelona, Universidad de Barcelona.
Este artículo ha sido escrito por Marta González, tutora en formacionele.com, la plataforma International House para la formacion de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: formacionele.