Una de las claves para que la clase tenga éxito consiste en una secuenciación coherente de las actividades que vamos a llevar al aula. Algunos manuales ofrecen las actividades ya secuenciadas, de manera que el profesor únicamente tiene que seguir el orden propuesto e introducir los cambios que crea necesarios según el contexto concreto de enseñanza aprendizaje (número de alumnos, duración de cada sesión, tiempo que transcurrirá entre una sesión y otra, etc.). Un claro ejemplo lo encontramos en Vitamina de la editorial SGEL.
Sin embargo, no siempre es así: hay otros manuales (Aula, Bitácora, entre otros) que sí requieren una reflexión previa por parte del profesor para organizar las actividades que se proponen, dado que, en la mayoría de los casos, difícilmente podrían implementarse en el mismo orden en el que aparecen en el libro. Estos manuales requieren un mayor esfuerzo por parte del profesor, pero también abre más vías para que el docente pueda tomar decisiones de una manera más creativa.
A continuación ofrecemos algunos consejos para la organización de una unidad didáctica en su conjunto y para la selección de las actividades por sesiones o secuencias didácticas, sobre todo cuando trabajamos con manuales que requieren una mayor aportación por parte de los profesores.
El primer punto a tener en cuenta es la coherencia entre unas sesiones y otras. Para ello es necesario un análisis previo de lo que el manual propone en la unidad didáctica que queremos llevar al aula: cuál es la tarea final, cuáles son los contenidos necesarios para la realización de la misma y cómo se distribuyen esos contenidos a lo largo de las diferentes actividades que componen la unidad.
Una vez tengamos una visión general del conjunto, podemos buscar los diferentes itinerarios o secuencias didácticas y organizarlos entre sí de manera que los contenidos se implementen de forma coherente: cuáles son los itinerarios más simples o más fáciles y que, por lo tanto, deberían realizarse antes para facilitar la comprensión y la realización de otros más complejos.
planificar
En cuanto a la planificación de cada una de las diferentes secuencias didácticas que hayamos detectado, destacamos algunos aspectos que deberíamos tener en cuenta.
Es muy importante introducir variedad de actividades, de materiales, agrupamientos, etc., de manera que nuestra clase mantenga un ritmo adecuado y resulte dinámica, conservando un equilibrio entre las diferentes destrezas, técnicas y actividades.
No hay que perder de vista la flexibilidad para adaptar la planificación al desarrollo real de la clase y controlar el tiempo de una manera más realista.
Conviene procurar un principio y un final armónicos: contextualizar la secuencia didáctica para motivar y despertar interés por parte de los alumnos, realizar actividades de presentación (o repaso) de los nuevos contenidos atendiendo primero al significado y después a la forma, aportar actividades para comprobar la comprensión de los nuevos contenidos (si los hubiera) y cerrar la sesión con actividades más comunicativas en las que los alumnos tengan la oportunidad de crear su propio texto haciendo uso de los contenidos trabajados en esa sesión.
coherencia
Darle coherencia a la secuenciación de las actividades. En este sentido, deberíamos contemplar dos criterios:
- La dificultad de las actividades: nos gustaría recordar que la dificultad no depende del material aportado, sino de lo que les pedimos a los estudiantes que hagan con ese material, es decir, de la tarea que les propongamos. Aclarado esto, es lógico pensar que las actividades estarán organizadas de menor a mayor dificultad. Empezaremos con tareas preparatorias para reducir el nivel de dificultad de actividades posteriores y por tanto el riesgo de frustración y procuraremos evitar la presentación de tareas que disminuyan el nivel de dificultad con respecto a las anteriores, algo que podría desmotivar a los alumnos.
- La coherencia en su ordenamiento, que está en función de los procesos que se activan en relación con el aprendizaje y la comunicación. En este sentido, al principio de la secuencia abundarán más las actividades centradas en el significado y en la comprensión de los textos aportados. Poco a poco, seleccionaremos actividades en las que los alumnos sean los que crean sus propios textos.
Por último, la coherencia depende también de la visión parcial de cada actividad y su relación con las que la rodean. A la hora de planificar nuestra secuencia, es importante reflexionar sobre cómo vamos a introducirlas, contextualizándolas de manera que conecten con la actividad anterior, de modo que el conjunto no quede reducido a una presentación de actividades desconectadas entre sí, sino más bien como un continuo en el que las actividades aparezcan unidas unas con otras para lograr un objetivo concreto.
Este artículo ha sido escrito por José Luis Álvarez Cavanillas, tutor en formacionele.com, la plataforma International House para la formación de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: Unsplash.
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