Actualmente, dentro del ámbito de la enseñanza de segundas lenguas, ya no se considera un idioma como un sistema de estructuras y reglas, sino como una herramienta de comunicación. Por eso, para que nuestros alumnos sean competentes comunicativamente tienen que adquirir muchos otros conocimientos además de los lingüísticos, como por ejemplo aspectos culturales de la sociedad de su lengua meta. Cuando me refiero a aspectos culturales no me refiero a estereotipos como “en España se duerme la siesta”, sino a crear consciencia intercultural, lo que el Marco Común Europeo de Referencia (MCER) recoge dentro del conocimiento declarativo (el saber) de las competencias generales.
A continuación, expongo dos casos reales que ejemplifican todo esto:
Caso 1: ¿Ser una persona abierta significa ser maleducado?
Un día estábamos haciendo una actividad para memorizar y practicar nuevo vocabulario sobre adjetivos de carácter. Los estudiantes eran de diferentes nacionalidades: tres estadounidenses, un francés, tres chinos y un coreano. En parejas los alumnos tenían que escribir la definición de un par de adjetivos de carácter que habían sido presentados antes. Una vez que el profesor había corregido la producción escrita, los alumnos tenían que leerla al grupo y el resto tenían que adivinar el adjetivo al que se referían.
Dos estadounidenses escribieron: “Es una persona a la que le gusta hablar de sus sentimientos”. La respuesta era “abierto/a” o “extrovertido/a”. Para mi sorpresa, el coreano contestó “maleducado/a”. En un principio pensé que no había entendido u oído bien la definición, así que les pedí que la leyeran otra vez. Esta vez el coreano contestó: “sí, sí, maleducado”. En ese momento es cuando le pregunté que por qué era esa su respuesta, a lo que el respondió que en su país hablar de los sentimientos, sobre todo si son negativos, es de mala educación. El debate se abrió en clase sobre los valores o creencias de las diferentes culturas.
Caso 2: “En Japón se comen muchos sushis” ¿Correcto?
En otra clase de otro nivel, los estudiantes estaban practicando el “se” impersonal hablando de sus países, para encontrar similitudes y diferencias. Habían visto modelos como por ejemplo “En Francia se producen muchos vinos” (elidiendo que se producen muchos tipos de vino). Una estudiante japonesa dijo “En Japón se comen muchos sushis” a lo que yo le corregí “En Japón se come mucho sushi”. La estudiante no entendía esta corrección basándose en el modelo visto sobre Francia y preguntó por qué no se puede decir en plural. En este caso el debate se abrió sobre el concepto de sushi que se tiene en el mundo occidental (como un único tipo de comida) y el que se tiene en el mundo oriental (como varios).
Los profesores de ELE tenemos que ser conscientes de que el origen de algunos errores, o en algunos casos, malentendidos de nuestros alumnos no tienen relación con su competencia lingüística, sino con su competencia sociocultural. Estos dos ejemplos reflejan claramente que los aspectos socioculturales no se deben trabajar aisladamente en clase, sino que, a través de las actividades que proponemos como profesores, podemos hacer consciente al alumno de la relación entre el conocimiento del mundo de origen y el mundo de la comunidad objeto. En definitiva, hacer conscientes a nuestros estudiantes de que su concepción del mundo es un factor que determina el filtro con el que ven el comportamiento, valores, creencias, etc. de la comunidad de la lengua que estudian.
¿Qué dice el Marco Común?
El MCER hace una lista de las áreas de una cultura que pueden ser objeto del conocimiento sociocultural:
- la vida cotidiana
- las condiciones de vida
- las relaciones personales
- los valores, creencias y actitudes
- el lenguaje corporal
- las convenciones sociales
- el comportamiento ritual
En consecuencia, si trabajamos esta competencia en clase, no solo les va a ayudar a tomar conciencia de estas diferencias, sino también a evitar posibles conflictos o malentendidos a la hora de comunicarse.
De ahí que todo profesor de ELE debería trabajar la competencia sociocultural y tenerla presente a la hora de planificar sus clases. No obstante, como hemos visto, muchas veces en clase se producen momentos en los que también se puede desarrollar esta competencia, aunque no se haya planificado. Si se aprovechan o no estos momentos dependerá de la actitud del docente ante el aspecto sociocultural de la lengua, de su toma de decisiones, del espacio que dé a sus alumnos para poder acercar sus culturas, e intentar entre todos dar respuesta a algunos de los porqués que surgen en el aula.
Como dice Lourdes Miquel en su artículo “Lengua y cultura desde una perspectiva pragmática: algunos ejemplos aplicados al español [PDF]”: Los actos de habla, que, como realizaciones concretas de las intenciones comunicativas de los hablantes, son, en cierta medida, actos de cultura, resultado de la conjunción de una serie de reglas propias de la comunidad lingüística, tienen que poder ser analizados desde todos los aspectos que en ellos inciden, no limitándose a la descripción de estructuras, sino incluyendo, también, posibles explicaciones sobre los presupuestos, expectativas, actitudes, comportamientos y lo que Gumperz (1979) llama “convenciones contextuales”.
¿Qué pensáis vosotros sobre esta cuestión? ¿Qué tipo de malentendidos socioculturales se han dado en vuestras aulas?
Este artículo ha sido escrito por Marta González, tutora en formacionele.com, la plataforma International House para la formacion de profesores de español. Imagen de portada de este artículo: Shutterstock.
Me ha parecido muy interesante y util, con ejemplos muy curiosos y buenos consejos
Mi aula es de Educ. Secundaria y a menudo el alumnado extranjero, ya hispanoparlante, se avergüenza de sus particularidades culturales e intentan ocultarlas, pues consideran su origen (rumano, chino, gambiano…) poco prestigioso socioeconomicamente
Hola Marta 🙂
Espero que estés bien. Me ha encantado encontrar con tu artículo por la red :D. A algunos docentes se les olvida mencionar la competencia sociocultural como parte del aprendizaje de una segunda lengua.
¡Gracias!
Hola Marta!,
Una de las experiencias que tuve como alumna de idiomas es que compartí clase con una pareja de Venezolanos quienes eran muy elocuente, graciosos, mucho más extrovertidos que los que estábamos en la misma clase; sin embargo, a veces me parecía que se pasaban de la confianza que les daba la maestra que es de nacionalidad Brasilera, porque hasta le hicieron una broma (para los peruanos un poquito ofensiva y para la profesora también) pero ellos se reían creyendo que a todos nos había caído bien. Bueno quizá en su entorno hacer bromas un poco pesadas es costumbre de ellos; no obstante, así como se busca que el maestro de una clase basándose en la competencia sociocultural, creo que el alumno también debe interesarse por esa competencia para evitar los malentendidos mutuos. Saludos!