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Cómo dar clases de español para niños online

Sin duda esta época de cambios y de resurgimiento de las nuevas tecnologías han traído al profesor de español para extranjeros online nuevos retos y oportunidades para reinventarse. En este artículo te daremos algunas pautas para enfrentar tus primeras clases grupales en línea para niños, sin duda todo un desafío docente.

La primera clase nos servirá para detectar necesidades y fortalezas de cada alumno, así como de la mecánica de funcionamiento del grupo. Por ello, te animo a crear una lección dinámica, divertida y llena de color. Para ello puedes usar una presentación en PowerPoint o Genially que sea muy visual, con diferentes tareas que no te lleven más de cinco o seis minutos cada una, y donde todos tengan oportunidad de presentarse y participar. Aquí puedes ver una diapositiva en la que escribimos nuestro nombre (en Zoom es posible escribir sobre las imágenes presentadas, de no ser así, el mismo profesor puede pedirles que lo pongan en el chat y que se presenten oralmente).

 

Una vez finalizada la primera clase, es el momento de preparar el material. Lo mejor es intercalar ejercicios dinámicos con otros más sedentarios, de modo que tengamos periodos de actividad y periodos de relajación. Por ello, podrás usar tanto tu material clásico (fotocopias, libro, etc.) así como juegos, tableros, canciones y presentaciones tipo Genially, como indicamos anteriormente. En este sentido, te animamos a hacer uso de tu buscador con los términos clave “Genially + tema” ya que hay presentaciones maravillosas que podrás usar e incluso adaptar (cuando son Geniallys reutilizables).

En cuanto al material clásico, no dudes en mostrar en pantalla tus juegos de cartas y practicar oralmente el vocabulario y la gramática. Por ejemplo, muestra una profesión y pregunta “¿cómo se dice en español este trabajo?, ¿dónde trabaja?, o una fruta o animal y lanza cuestiones como “¿de qué color es? ¿es grande o pequeña?, etc.” Las posibilidades son infinitas y la espera a que aparezca la carta genera mucha expectativa en el alumnado.

También puedes comprar una mini pizarra y dibujar en ella al mismo tiempo que tus alumnos o usarla del modo tradicional, solamente tendrás que enseñarla a la cámara. Evidentemente puedes escribir en la pizarra de Zoom (o el programa que uses), pero no es tan divertido y personal como enseñar tus creaciones y aberraciones pictóricas de tu puño y letra. Mis alumnos se han echado unas buenas risas con mis lamentables muñecos amorfos.

Y hablando de dibujar, no dudes en pedirles que hagan bocetos y lo muestren al resto de compañeros para trabajar la lengua. Por ejemplo, cada uno dibujará una palabra secreta y los chicos deberán adivinarla. O, creamos una criatura misteriosa con dos cabezas, tres piernas y cinco ojos. Cada estudiante la describe y los compañeros deben seguir sus instrucciones para replicarlo. Si la explicación ha sido buena, todos los dibujos deberán parecerse al original. Os sorprenderá ver cuán fácil es hacer que aprendan a través de la imagen.

Otra técnica fantástica y a la que hay que perderle el miedo es la del movimiento. En esta diapositiva, por ejemplo, trabajamos los materiales. Tras ver el vocabulario le pedí a los alumnos buscar por casa algo de plástico, papel, cristal, etc. Durante esa sesión desfogaron mucha energía y acabaron muy contentos por haber aprendido no solo memorísticamente, sino de forma tangible. Al estar en casa, además, las posibilidades son variadas: buscar una fruta, un color determinado, enseñarnos a un miembro de su familia que nos salude, describir su habitación, etc.

 

Otra actividad dinámica es la caja mágica. Sacaremos diferentes objetos de una caja, les preguntaremos qué cabe ahí, qué piensan que contiene, si será grande o pequeño, de qué color… y finalmente, les haremos buscar algo similar en sus casas. Solo el más rápido se llevará el primer premio. ¿Y qué me decís del baile? En un email les envié un enlace de Youtube para aprender a bailar la Macarena, lo pasamos bomba en el “examen” virtual donde demostraron sus habilidades moviendo el esqueleto.

 

Por otro lado, e inevitablemente, durante tus sesiones verás que muchos alumnos pierden la atención y se evaden. Otros se quejan de que no han participado mucho (somos humanos, a veces no le damos paso a todos o hablan al mismo tiempo y siempre son los mismos). ¿Qué podemos hacer? Una de las herramientas que uso son las paletas de helado con los nombres. Cuando hago una pregunta, enseño una paleta a cámara y este alumno será el que responda. De este modo, saben que deben estar atentos no solamente a mi voz, sino a la imagen. Además, evitamos que se pisen y todos participarán las mismas veces. De hecho, podéis ver que cada paleta tiene un número, de modo que puedo ordenarlos, por ejemplo, por pares/impares, de modo que puedo mezclar, pero sin perder la cuenta de sus participaciones.

Otra problemática que nos encontramos en las clases grupales júnior es que habitualmente dejan el micrófono abierto, de modo que al final la clase se convierte en un murmullo de cláxones, mamás enfadadas, ladridos y niños revoltosos. Para que no se les olvide, uso un fondo donde pone “Apaga el micro” y “Enciende la webcam”. Sin duda, el día que lo utilizo todo es más pacífico y me siento más acompañada, y sin tener que dar ninguna instrucción al respecto.

Otro elemento para crear orden en clase, es tener una rutina de entrada. En mi caso encontré una presentación que uso cada día donde les pregunto “¿Qué día es hoy?” y ¿Cómo está el clima?”, de modo que charlamos un ratito y asimilan estos dos conceptos sin apenas notarlo. Si buscas en Google “Genially + asamblea” u otro ítem similar encontrarás páginas que puedes reutilizar. Este recurso tiene tres funciones: crear una rutina que genera seguridad, calentamiento y esperar a los alumnos que entran tarde en clase online.

 

Por otro lado, para generar sensación de orden y control, te aconsejo abrir todos aquellos recursos que vas a usar en la clase online. Mantén las pestañas abiertas y ve navegando por ellas, evita tener que buscar los recursos ya que los niños no suelen tener mucha paciencia.

Y por supuesto, no olvides reforzar todo lo aprendido con los deberes. Es más práctico y efectivo enviarlos por correo, dejarles un fin de semana o un largo periodo de tiempo, y corregirlos juntos como si fuese otra actividad más. Para la corrección se les pide que contesten de viva voz o mediante el chat. Sin duda el chat es un recuso infalible para aquellos estudiantes que por timidez no quiere participar activamente. No olvides aplaudir sus resultados, tanto de los que hablan como de los que escriben para que se sientan reforzados y escuchados.  

Por último, ¿te atreves a usar herramientas como Kahoot? ¡Por supuesto! Mientras visualizáis el juego, ve comentando con ellos el vocabulario o la gramática, y jaléales para que se animen a dar lo mejor de sí. Generar competición entre ellos es importante para crear sensación de equipo y grupo que avanza en buena dirección. Anímate a usar también herramientas como LearningApps.org, y dale el control a los estudiantes para mover las fichas, unir fotografía con texto, etc.

Y mi último apunte es que mantengas una buena relación con los padres. Si el niño está inquieto o triste, si falta a clase, o si quieres comentar algún detalle importante, escribe a los papás para que estén tranquilos y al día sobre lo que va aconteciendo en clase. Normalmente agradecen poder tener un seguimiento del avance de sus hijos y serán tus aliados para que, por ejemplo, se comporten bien en clase y respeten a sus compañeros, serán ellos quienes les den un toque de atención en este caso.

Finalmente, te aconsejo armarte de paciencia, serenidad y, sobre todo, buen humor. Estas clases necesitan de muchísima energía por parte del docente, tanto para animar a los estudiantes como para frenarlos cuando cogen velocidad. Sin duda, tener mano derecha es indispensable para saber dar los turnos de palabra y aplacar la energía que derrochan los niños. Habrá días fantásticos y días agotadores, pero si usas tu sonrisa, el humor y la fantasía, el resultado no podrá ser otro que grandioso y satisfactorio. 

 

Vanesa CasadoEste artículo ha sido escrito por Vanesa Casado, profesora de CLIC International House Cádiz. Derecho de imagen de la fotografía de portada: Pexels.


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